¿Por qué atar a alguien?
Atar es ejercer control de forma consciente y sostenida. El Shibari se practica desde el interés por dirigir el cuerpo ajeno, establecer límites físicos claros y mantener una relación de poder estructurada en el tiempo.
La cuerda funciona como una herramienta de orden: fija posiciones, regula el movimiento y establece una jerarquía corporal precisa. Quien ata asume la responsabilidad de decidir, sostener y conducir la experiencia de principio a fin.
Esta práctica convoca a personas que disfrutan del dominio técnico, la atención constante y la capacidad de imponer forma mediante la restricción. El control no es accidental ni impulsivo: es intencional y disciplinado.
En este marco, la atadura materializa una dinámica asimétrica clara, donde la autoridad se ejerce con conocimiento, presencia y control consciente del cuerpo atado.